Los objetivos no caen por esfuerzo, caen por falta de medición
Muchos equipos fijan objetivos estratégicos, pero después de unas semanas aparece la duda clave:
¿Estamos avanzando o no?
El problema no suele estar en el objetivo, sino en cómo se mide.
Lo que en un GPS es la ruta, la velocidad y el tiempo de llegada.
Para que los OKRs funcionen, los Key Results deben estar bien definidos.
Este artículo explica cómo construirlos de manera clara, simple y aplicable, siguiendo el enfoque del Método Sokrates.
Qué hace que un Key Result sea realmente útil
Dentro del sistema OKR, cada elemento tiene un rol:
- El objetivo marca el próximo destino (el qué).
- El Key Result muestra si estamos avanzando hacia esa dirección (el cómo se evidencia ese avance).
Un buen Key Result no describe actividad.
Tampoco tareas o intenciones.
Describe un resultado medible y cómo cambia en el tiempo.
Ese cambio es lo que permite saber si un objetivo progresa.
Y se logra con cinco elementos esenciales que trabajan de manera integrada.
Cómo se construye un buen Key Result (explicado paso a paso)
Un Key Result bien definido combina cinco componentes.
Cada uno cumple una función concreta y, juntos, crean una medición clara, verificable y útil para decidir.
1) Empieza por el número: define qué vas a medir exactamente
El número es el corazón del KR.
Si no tienes una cifra, no tienes un indicador.
Y sin indicador, no hay forma de evaluar avance.
El número responde a la pregunta:
“¿Qué variable concreta muestra que el objetivo progresa?”
Ejemplos frecuentes en pymes:
- tasa de cierre
- número de reclamos
- retención
- NPS
- entregas a tiempo
- leads calificados
El avance de un objetivo se ve en un número que cambia.
Es así de simple.
2) Dale un horizonte: define el plazo exacto en el que ese número debe cambiar
Un Key Result necesita una fecha concreta que marque urgencia y foco.
Sin plazo, las discusiones se vuelven eternas… y el objetivo también.
En el Método Sokrates usamos una fórmula simple:
Desde X → Hasta Y → Antes de Z
Donde:
- X es el valor actual,
- Y es el valor esperado,
- Z es la fecha límite.
La fecha convierte ese número en una meta estratégica.
Deja de ser un deseo y se vuelve un compromiso operativo.
3) Conéctalo directamente con el objetivo: debe mover la aguja del trimestre
Antes de elegir una métrica, pregúntate:
“Si este número sube o baja, ¿el objetivo avanza?”
Si la respuesta es sí → estás definiendo un KR adecuado.
Si la respuesta es “depende” → probablemente estés definiendo ruido.
El KR existe para iluminar el progreso real del objetivo, no para medir cualquier cosa.
Es un indicador de impacto, no de actividad.
4) Asigna un responsable: alguien debe sostener el ritmo del KR
Cada KR necesita una persona a cargo de su seguimiento.
No es quien hace todo, sino quien:
- mide,
- reporta,
- y coordina ajustes cuando es necesario.
Cuando no hay responsable:
- todos suponen que “alguien” se encarga,
- pero nadie lo hace realmente.
Con responsable hay claridad, orden y cadencia semanal.
Y Sokrates trabaja con seguimiento semanal.
5) Redactalo en lenguaje concreto: sin palabras vagas ni verbos suaves
Un buen Key Result debe ser:
- claro,
- directo,
- medible,
- sin ambigüedades.
Palabras como mejorar, potenciar, optimizar o reforzar no comunican nada medible por sí solas.
Ejemplo clásico del Método Sokrates:
- Incorrecto: “Mejorar la satisfacción del cliente.”
- Correcto: “Aumentar el NPS de 50 a 70 antes del 30/6.”
Lo concreto ordena.
Lo vago confunde.
Así se ve un Key Result bien construido
Aplicando los cinco elementos, un KR queda así:
“Aumentar la tasa de cierre del 18% al 25% antes del 30/9. Responsable: Mariana.”
En una sola frase:
- establece qué se mide,
- muestra el valor actual y el esperado,
- indica una fecha límite,
- asigna un responsable,
- y está redactado de manera concreta.
Ese nivel de claridad facilita el análisis semanal y permite tomar decisiones basadas en datos.
Resumen
Definir bien un Key Result no es un ejercicio técnico:
es un acto de claridad estratégica.
Cuando sigues estos cinco pasos, tu equipo deja de trabajar con intuición y empieza a trabajar con datos.
Ahí nace el foco.
Ahí se establece el ritmo semanal que sostiene el rumbo.
Un objetivo sin KRs es una intención.
Un objetivo con buenos KRs es un plan en movimiento.
Sigamos avanzando con rumbo.
Preguntas frecuentes
¿Un Key Result puede cambiar durante el trimestre?
Sí, si se valida que no refleja el avance del objetivo o resulta imposible de medir.
¿Cuántos KRs necesita un objetivo?
Entre 3 y 5. Menos puede dar una visión incompleta; más tiende a dispersar.
¿Los KRs deben ser ambiciosos?
Sí, pero alcanzables.
El Método Sokrates trabaja con “tensión positiva”:
un 70% logrado indica un buen nivel de ambición.
¿Qué diferencia un KR de un KPI?
El KR mide el progreso del objetivo.
El KPI mide el estado general del negocio.
Descubre el Método Sokrates